viernes, 8 de febrero de 2008

abre los ojos.

el infierno disfrazado de paraíso, envuelto en papel de regalo y con un gran lazo rojo. ¿es para mí? gracias. he pintado mis heridas del color de mi piel, al menos así parece que no, que no hay nada.. y disimulo. que nadie me vea. que nadie lo sepa. ¿es posible ver algo cuando ni siquiera tú quieres verlo? me regalaste pesadillas vestidas de dulces sueños, flores de plástico blando que no se mantienen en pie. pero cualquier día encuentras en tu camino a alguien que te pellizca, y al fin despiertas. nunca debí pegar mis ojos con pegamento.

sábado, 2 de febrero de 2008

la ciudad parece un mundo.

un despertador que chirria en mi oído. ocho de la mañana. ajetreo en la ciudad. arriba y abajo. 'perdone, ¿sabe dónde está la calle soledad?'. el no-silencio. los transeúntes caminan hacia todas direcciones. a veces se paran, esperan y desesperan. trabajadores, el chico del periódico, estudiantes, amigos, amantes; autobuses con destino a la rutina de un lunes, o cualquier otro día de la semana. el dulce desasosiego del aire que se respira. pero hoy no, hoy no me levanto.